¿Es realmente posible ser cristiano en la secundaria?

La secundaria es un campo de batalla.

— Es muy difícil ser cristiano; ¡Lo detesto! —

Ese era Mark hablando, justo después de la reunión del grupo de jóvenes. Mark era un típico estudiante de segundo año: alto, guapo, sano, lleno de energía, con un gran sentido del humor. Al ser extrovertido y amigable, Mark salía con un montón de amigos de la secundaria y de la iglesia, a él le gustaba reír y bromear. Mark también se esforzaba para obtener buenas calificaciones, jugaba al fútbol en el equipo de JV en la escuela y había comenzado un negocio de cortar el césped, así que pudo ahorrar dinero para comprar un auto (cuando obtuvo su licencia).

Mark amaba la vida y su entusiasmo era contagioso.
Mark se crió en un “hogar cristiano” desde el primer día de su vida. El fin de semana después de que sus padres lo llevaron del hospital a la casa, todos ellos fueron a la iglesia. Su familia había sido siempre activa en la congregación, por lo que Mark y sus hermanas nunca conocieron una vida aparte de la adoración y la comunión cristiana. Además los padres de Mark estaban súper involucrados en la congregación. De hecho, habían hecho de todo, desde enseñar en la escuela dominical hasta ayudar en los días de limpieza. Así que Mark creció con un amor por el servicio también. A menudo ayudaba siempre que podía y era una parte vital del núcleo de liderazgo del grupo de jóvenes.

Mark escuchó todas las historias de la Biblia en la escuela dominical, y las amó. Lo dedicaron al Señor cuando era un bebé, le pidió a Jesús que entrara en su vida cuando tenía siete años de edad, fue bautizado cuando tenía diez años. Mark dedicó nuevamente su vida a Cristo en un campamento juvenil cuando estaba en el séptimo grado… re-rededicó su vida en el octavo grado… y re-re-rededicó su vida durante al año siguiente en secundaria.
—Era mucho más fácil ser cristiano cuando era pequeño—. Mark continuó diciendo, mientras nos sentábamos en una mesa que tenía varios recipientes de bocadillos sobrantes de la reunión. —Estoy muy confundido, porque muchas cosas sobre esto parecen contradictorias y eso hace que sea muy difícil. Esta no es mi idea de una vida abundante—.

—¿Qué quieres decir, Mark?— le respondí.

—Bueno, por ejemplo, me han dicho toda la vida que los cristianos deben estar en el mundo pero no son del mundo, ¿verdad?—

—Es correcto, Jesús habla sobre eso en el Evangelio de Juan—.

—Bueno, entonces escucho a mis padres y a mi pastor de jóvenes siempre decir que no debería andar con amigos que no son cristianos, porque no se supone que los cristianos vayan a fiestas o tengan (hace comillas en el aire aquí) “relaciones de yugo desigual”. Muchos de mis amigos de la iglesia están siendo educados en el hogar o van a escuelas cristianas, de esa manera pueden permanecer separados de las influencias del mundo. Pero yo estoy en la escuela pública, por lo que mis amigos cristianos se molestan cuando no respondo a las actividades del grupo de jóvenes a causa del fútbol. Mi pastor de jóvenes, incluso me ha confrontado sobre mis prioridades—.

—Pero aquí está la cosa: Cada vez que tenemos un evento evangelistico en el grupo de jóvenes, se nos pide que traigamos a nuestros amigos no cristianos. ¿Puedes creerlo? Esperan que yo dé testimonio ante mis amigos no cristianos. ¿Ves el mensaje mixto?, ¡se supone que no debo tener amigos no cristianos! ¿Cómo puedo tener amigos no cristianos si no puedo salir con ellos? Si no puedo salir con ellos, entonces sólo serían amigos casuales. Y uno no puede hablar de cosas profundas, sobre la relación con Cristo, con amigos casuales—.
—Lo que quiero decir, es que yo no puedo acercarme a los chicos de mi equipo de fútbol y empezar a hablarles de Jesús así como así. Ellos no me conocen y yo no los conozco lo suficientemente bien como para hablar de cosas profundas. Entonces, ¿cómo le gano a los sentimientos de culpa que tengo por no ser capaz de “testificar” (más comillas en el aire) cuando no estoy lo suficientemente cerca de ellos para hablarles de Cristo?—

Pude ver que Mark se sentía derrotado. Él extendió la mano, tomó un par de galletas saladas, y empezó a jugar con ellas en la mesa mientras seguía pensando.

—Y eso no es todo—, continuó, con una nueva explosión de energía.
—Yo sé que no podemos ser perfectos, pero se espera que seamos perfectos. Se supone que los cristianos son justos y tienen todo equilibrado pero entonces se nos dice que no tenemos que tener todo equilibrado. Sin embargo, la verdad es que se espera que tengamos todo equilibrado. Entonces, ¿cómo se puede esperar que haga algo que no puedo hacer? ¡Este es otro mensaje confuso! ¿Cómo se supone
que sea cristiano en la secundaria?—


Éxito en la secundaria por Steve Gerali

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