¿Conoces las 4 características de un líder cristiano?

La primera característica del líder es la habilidad de comunicar una visión.
El líder es el guardián de una visión. Algunos de nosotros comunicamos la visión mediante el don del habla, pero otros lo hacen de manera diferente. D. E. Hoste, por ejemplo, quien fue el sucesor de Hudson
Taylor en la Misión del Interior de China (China Inland Mission) era un administrador y su liderazgo se llevó a cabo en la oficina y en la mesa del comité. Su sabiduría y su habilidad de persuadir convencieron a la gente de que estaba lleno del Espíritu Santo y que merecía que lo siguieran.

La segunda característica del líder cristiano es su sensibilidad hacia a la gente. Primero y principalmente, el líder tiene que escuchar lo que la gente dice. Peter Drucker dice que la comunicación no ocurre con el que habla, sino con los que escuchan. Como orador, tengo que entender la manera en que ustedes piensan.
¿Cómo perciben la información? Churchill conocía al pueblo inglés, de modo que era sensible a las formas de las palabras correctas que captarían su atención, y sabía qué es lo que los inspiraría y los haría enojarse lo suficiente contra el enemigo como para seguir perseverando, a pesar de las increíbles dificultades.

Una tercera característica que debe poseer el líder es la capacidad de evaluar situaciones. El ser sensible también significa desarrollar la capacidad de observar las situaciones y descodificar lo que está ocurriendo. Creo que Dios me ha dado un don en esta área. Para mí es algo instintivo el entrar
a una habitación y darme cuenta rápidamente de quién está a cargo de
todo o, por el contrario, de darme cuenta en seguida de que no hay nadie
a cargo. Es una destreza importante en situaciones de iglesia.

La cuarta característica es un agudo auto-conocimiento. Los líderes sensibles tienen que conocerse a sí mismos. Si no nos conocemos a nosotros mismos y qué fue lo que nos dio forma, lo que nos neutraliza y cuáles son nuestros límites, le abrimos la puerta al desastre. Muchos hombres y mujeres en puestos de liderazgo son inseguros. Algunos luchan con grandes áreas no resueltas de su pasado. En el liderazgo, a
menos que se pueda resolver el pasado, este se convierte a menudo en un talón de Aquiles.

Permítame darle un ejemplo. Cuando comencé el ministerio, yo era una persona insegura y específicamente necesitaba afirmación. Necesitaba agradarle a la gente y los aplausos eran para mí lo mismo que una afirmación. Tuve que hacer una transición y dejar de ser una persona impulsada por la ambición para comenzar a ser una persona llamada.
La decisión de conocerse a uno mismo comienza con un auto-examen diario frente a la justicia de Dios y el descubrimiento de los motivos pecaminosos. Segundo, es regresar al pasado para preguntarse: ¿Qué me ha formado? ¿Qué busco en la vida? ¿Qué cosas necesarias no pude obtener?


LOS DOS LADOS DEL LIDERAZGO

Gordon MacDonald

Este importante volumen ayudará a líderes en todos los niveles a edificar un fundamento sólido que edificará al cuerpo de Cristo en una manera que perseverará a través de las pruebas del tiempo.

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