El oficio más difícil del mundo

Si consideramos las profesiones u oficios que existen en el mundo, debemos decir con toda seguridad, de que ser padres es una tarea, un oficio, un trabajo, un arte y lo más difícil que puede haber en la tierra. Esto se debe a que se trata de formar vidas, lo cual no es fácil.

Uno generalmente entra en esta tarea de ser madre o padre –de educar a los hijos– sin prepararse, esperanzado en que aprenderá en el camino.  Pero al ver el resultado en sus hijos, uno descubre, lastimosamente, que podría haberlo hecho de otra manera. La experiencia de la vida nos hace comprender eso cuando a veces ya es muy tarde.

El aspecto al que un padre o una madre le pone más cuidado es al físico: que los hijos estén bien limpios, bien alimentados, bien vestidos; inclusive como cristianos, el espiritual: orar, leer la biblia, etc. pero el que usualmente descuidan es el del alma. En el alma, se encuentran la mente, las emociones y la voluntad. Es el  recinto de su personalidad; la parte más difícil de formar.

Recuerdo que una vez me encontraba en otro país viviendo por mi cuenta y noté dentro de mí una voz interna que me decía: “apaga la luz de la habitación cuando salgas de allí “. Escuchaba esa voz interna y lo hacía automáticamente. Era lo que yo había visto y escuchado repetidas veces en mi casa paterna.

Los niños pequeños observan e imitan a sus padres. El mundo de los padres viene a ser la voz interna en los hijos, que les guiarán según lo que hayan aprendido de sus padres. Es importante que como padres enseñemos a nuestros hijos a cuidar su área espiritual y del alma. Una vez convertidos a Cristo, esas áreas deben ser desarrolladas con ejercicios espirituales: orar, leer la Biblia, ayunar, hacer vigilia; y del alma: limpiar nuestra mente, emociones y voluntad con la Palabra de Dios y la oración.

LA MENTE

Nosotros crecemos con la mente contaminada por todo lo que hemos recibido desde la niñez hasta el momento en que recibimos al Señor Jesucristo en nuestro corazón. Traemos creencias, mitos, preceptos y paradigmas que muchas veces contradicen lo que dice la Palabra de Dios.

A lo largo del tiempo he descubierto, con sorpresa, que lo que yo pensaba o creía que estaba bien, no lo estaba. La Biblia me confrontaba con ello. Es necesario estar dispuestos a cambiar según la Palabra de Dios nos lo indique. Eso no es una tarea que uno hace una vez y se acaba, sino que es un ejercicio que debemos practicar toda la vida. ¿Por qué? Porque nosotros no nos conocemos en profundidad, y porque tenemos pensamientos/pecados ocultos muy enterrados adentro y que van saliendo según las circunstancias que vayamos viviendo.

LAS EMOCIONES

La palabra emoción viene del latín “emotio”. La emoción es la expresión del ánimo; reacción al ambiente que nos rodea; de origen innato y puede ser agradable o desagradable.

Las emociones se van formando desde que uno es niño. La tarea de la madre es enseñarle a su hijo a contener y manejar sus emociones; que no se desborden, pues es lo que sucederá, si es que no son encauzadas.

Si la madre no sabe manejar correctamente sus propias emociones, difícilmente podrá enseñarles a sus hijos. En el varón sobre todo, pues crece con conceptos equivocados como: “el varón no debe llorar”.

LA VOLUNTAD

Es la potencia del alma que nos mueve a hacer o no hacer una cosa; una especie de fuerza para hacer algo que nos lleva a un resultado esperado.

La voluntad tiene que ver con lo que realmente es nuestro bien. Debe estar basada en el amor a Dios y al prójimo. Tiene que ver con la formación de hábitos, que son los patrones de conducta que alimentarán las decisiones futuras.

El ejemplo de los padres juega un papel muy importante, ya que a través de él, los hijos pueden aprender el amor al trabajo bien hecho, el desprecio por la vida fácil, el valor del sacrificio, la alegría de una meta alcanzada.

Mateo 7:20 “Por sus frutos los conoceréis”.

Que el fruto del comportamiento que podamos dar a los demás sea bien claro con respecto a nuestras creencias, nuestro amor a Dios y a los demás.


Autor: Malena Gambetta, consejera. Tabernáculo de Dios – Lima, Perú

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