Dándole continuidad a nuestro recorrido por los elementos del aprendizaje, toca detenernos hoy en los elementos emocionales.
Los cuatro elementos que se agrupan como emocionales son:
- La motivación
- La persistencia
- La responsabilidad
- La estructura
De todos los elementos anteriores el único que no cambia con el tiempo es la persistencia.
Motivación
Cuando el tema de la clase interesa a los alumnos se sentirán motivados a atender, por el contrario si no interesa el tema quien no esté motivado no atenderá.
Un alumno no motivado necesita pequeñas tareas, pocos objetivos, supervisión, retroalimentación frecuente y felicitaciones sinceras. Cuando una clase contiene lo mencionado anteriormente hasta pueden disfrutar del estudio.
A un alumno motivado no hay que decirle cuándo debe aprender, los recursos que debe usar ni cómo puede saber si ha alcanzado el objetivo del aprendizaje.
La motivación está vinculada al logro, cuanto mayor sea el logro tanto más motivado estará el alumno.
Un alumno motivado siempre estará aprendiendo.
La persistencia
Un alumno persistente seguirá estudiando un tema hasta completarlo aunque no vea el uso inmediato de la información.
No soporta ver algo hecho a medias y no queda conforme hasta completar un proyecto.
Los alumnos que no tienen mucha persistencia viven en el presente, no les gusta ser organizados y tienen maneras muy ingeniosas de tergiversar las reglas.
Los alumnos que dejan los estudios cuando están en la secundaria a menudo tienen poca persistencia pero eso no significa que les falte inteligencia.
Una manera de trabajar con alumnos que aunque son inteligentes no muestran interés alguno, es darles opciones o dejarles escoger lo que desean hacer en clase. Por ejemplo en lugar de decirles lo que deben memorizar de un texto bíblico ofrézcales la opción de memorizar ocho de los doce versículos. Divida el aprendizaje en porciones, de modo que los alumnos que no tienen motivación puedan tener éxito en pequeñas partes.
La responsabilidad
Un alumno responsable siempre hace lo que se le dice, se adaptan con facilidad.
Por el contrario, los alumnos no responsables necesitan saber el porqué tienen que hacer algo y porqué es importante para el maestro y para ellos que lo hagan. Con ellos se logra mejor resultado cuando el maestro les da opciones que muestran que han completado la tarea y que han aprendido la materia.
Cuanto menos directivo sea el maestro tanto mejor.
El maestro no debe hablar en tono condescendiente a los no conformistas, sino respetar la opinión de ellos.
La estructura
Un alumno externamente estructurado, el que siempre sigue la autoridad del maestro necesita que el maestro le diga exactamente lo que espera de él, por ejemplo: cuando tiene que entregar la tarea, de cuantas páginas será el trabajo, etc.
Este tipo de alumno es el que siempre completa el trabajo con una semana de anticipación.
Los alumnos internamente estructurados se caracterizan por tener iniciativa propia, por querer hacer las cosas a su manera. Son los que terminan la tarea unos minutos antes del plazo de entrega.
Ambos grupos van a hacer la tarea solo que en diferentes horarios. Ambos grupos siempre tendrán la explicación perfecta para justificar su horario: “Quería estar seguro que el profesor leyera mi trabajo.” “No quería enfermarme y no poder entregarla a tiempo.” Entre las del otro grupo están: “Necesito tiempo para organizar mis ideas.” “Tenía muchas más cosas que hacer.” “No era algo que yo creía importante.”
Los dos grupos siempre tendrán una lista de razones válidas para justificar su proceder.
Cerramos nuestro escrito con un dato curioso. Probablemente el gran compositor musical Mozart tenía una preferencia internamente estructurada, nunca escribía nada en el papel hasta que toda la pieza musical no estuviera bien armada en su cabeza.
Mantente pendiente, con seguidad tienes genios en tu clase o en casa.