La Escuela Dominical Efectiva, III

Continuando con nuestro recorrido, hoy nos detendremos en algunos aspectos que son muy importantes y que debemos tener en cuenta a la hora de pensar en desarrollar una escuela bíblica exitosa. Si ya la tienes ten presente que se puede crecer más y mejor, solo basta determinarlo, planificarlo y ejecutarlo. Te facilitamos algunos puntos para que autoevalúes cómo está tu escuela bíblica.

Toma papel y lápiz que ya empezamos:

Enseña la Palabra de Dios. ¿Suena raro verdad? Se supone que en una iglesia se enseñe la Palabra de Dios pero no siempre es así. Hoy día muchas iglesias se han alejado en menor o mayor grado de la Palabra de Dios, cambiándola, quitando o poniendo palabras a conveniencia. Enseña a los que están bajo tu cuidado que deben leerla, aprenderla, practicarla y amarla, deben saber usar este Manual de Vida dado directamente por Dios. Otras cosas claro que son buenas pero la Biblia es lo mejor.

¿Están ya ganados para Cristo? Desde la más temprana edad llena el corazoncito de un niño con el conocimiento del Salvador personal que tiene un plan para su vida; la infancia es el mejor tiempo y mientras más temprano se inicie al niño en la escuela bíblica mucho mejor y menos serán las posibilidades que se aparte en un futuro. Por el contrario, a medida que pasa el tiempo fuera de la Iglesia son mayores las dificultades al tratar de evangelizarles y por ende mayores también las posibilidades que se pierdan para siempre al adentrarse cada vez más en un mundo lleno de atractivos pero que les hunde en el pecado.

Ten el espacio adecuado. Párate frente a las instalaciones que tienes destinadas a la escuela bíbica y evalúalas, ¿son atractivas? ¿te gustaría recibir clases en ellas? Cada niño debe tener su lugar, debe sentirse cómodo, a gusto, solo así aprenderá mejor. No son necesarias grandes inversiones, se pueden hacer mejoras con lo que se tiene a mano, basta con revisar y poner manos a la obra. Una simple cortina, una nueva ventana, quitar una pared, poner una puerta, poner plantas, en fin, solo piensa un poquito en cómo tus niños se sentirán mejor, ¿y por qué no? Invítales a participar en el cambio, con seguridad entre ellos hay futuros arquitectos, decoradores e ingenieros.

Horario fijo. Crea un horario para las clases. Estudia el programa de tu iglesia y luego crea un horario que se acomode a él y adminístralo bien.

Por hoy lo dejamos aquí, faltan más pero confío que con lo que has leído hoy hayas podido hacer una evaluación sincera de cómo está realmente tu escuela bíblica y puedas trazarte nuevas metas haciendo los cambios necesarios en aras de lograr esa escuela bíblica con la que sueñas y cumplir con el objetivo mencionado anteriormente: ganar personas para Cristo y que se comprometan con Él de por vida.

Nos vemos pronto.